La incertidumbre causada por la crisis económica y financiera, así como las altas tasas de desempleo, se refleja en la recesión general de la demanda y, especialmente, en la compra de automóviles. La situación afecta directamente a los concesionarios que tienen un stock excepcionalmente grande de vehículos sin vender.

 

Se ha logrado un descenso gracias a que los concesionarios, conscientes de la crucial situación económica, han llevado a cabo una agresiva estrategia de precios, reduciendo los márgenes de beneficio.

 

El descenso de las ventas, que se ha producido en picado, ha tenido su lógico efecto en los ingresos de los concesionarios de vehículos de motor que tienen las diferentes marcas y ha obligado a la mayoría a recurrir a la venta de coches que tenían en stock, desde el kilómetro cero o, a veces, a precios muy inferiores a los habituales para obtener liquidez.

La situación debe enmarcarse en el hecho de que la industria automovilística genera una oferta que supera la demanda entre un 25 y un 30 por ciento. Este exceso de producción, junto con el aumento de los coches almacenados debido a la menor demanda, crea gastos financieros para los concesionarios que contribuyen a la disminución de los ingresos.

 

Y es que cuando el coche sale de la fábrica, ya es del concesionario que para comprarlo, ha tenido que recurrir a operaciones financieras que le cuestan. Esto significa que cuanto más tiempo permanezca un vehículo sin vender más intereses crea el concesionario, que en una situación como la que estamos viviendo lo que le interesa es deshacerse de él lo antes posible para minimizar los gastos financieros que normalmente son entre 10 y 20 euros por día y vehículo.

Tanto es así que para los concesionarios, la venta de vehículos nuevos deja de ofrecer beneficios y recurren a concentrarse en la venta de coches cero kilómetro, coches seminuevos, la recompra de vehículos de gestión o la mejora de la línea de accesorios.

 

El problema se agrava porque los bancos, que han recortado la financiación para la compra de automóviles hasta en un 55 por ciento, no son fluidos a la hora de ofrecer préstamos, lo que limita las posibilidades de venta. Por lo tanto, no queda otra cosa para que el concesionario intente reducir sus existencias y lo haga ofreciendo tasas que hasta hace poco eran inimaginables. "Ahora es el momento perfecto para comprar un coche".

 

En realidad hay varios concesionarios más o menos independientes que se encargan de vender coches de una sola marca. Actualmente la gente también tiende gradualmente a comprar menos vehículos nuevos. Es visible en las grandes ciudades, pero aún no se lanzan las manos a la cabeza.

Tras el descenso de las ventas debido a la crisis económica, los concesionarios y las marcas de automóviles se han concentrado en la I+D+i para tratar de ajustarse lo más rápidamente posible a una demanda que dejaría fuera a los que no pueden llegar a tiempo.

 

En este contexto, Mitsubishi ha cumplido con sus obligaciones y ha sido la primera casa en comercializar un coche de propulsión totalmente eléctrico en Japón".

 

Una vez resuelto a medio plazo el problema de la contaminación en el turismo, la siguiente tarea de la Administración es reducir las emisiones de los vehículos de transporte de larga distancia. A pesar de que la flota de camiones móviles es alrededor del 3 por ciento del total, la contaminación producida por las emisiones es del 25 por ciento. ¿La solución a este asunto? Sí, el hidrógeno. "Esto es otra historia, y debe ser contada en otra ocasión".

 

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